El uso de la palabra MIERDA, es una cuestión de educación.
Nadie puede negar que la usamos para múltiples circunstancias relacionadas con muchísimas cosas, por ejemplo:
Ubicación geográfica: Andáte a la mierda.
Adjetivo calificativo: Sos una mierda.
Momento de escepticismo: No te creo una mierda.
Deseo de venganza: Lo voy a hacer mierda.
Accidente: Se hizo mierda.
Efecto visual: No se ve una mierda.
Sensación olfatoria: Huele a mierda.
Deseo al despedirnos: ¡Váyanse a la mierda!
Especulación del conocimiento: ¿Qué mierda es ésto?
Momento de sorpresa: ¡¡¡A LA MIERDA!!!
Actitud de resentimiento: No me regaló una mierda.
Sensación gustativa: Esto tiene gusto a mierda.
Acto de impotencia: ¡No se me para esta mierda!
Deseo de ánimo: ¡Apuráte con esa mierda!
Situación de desorden: Todo está hecho una mierda.
Rechazo despectivo: ¿Qué se cree la mierda ésa?
Situación alquimista: Todo lo que toca se vuelve mierda.