viernes, 27 de abril de 2007
lunes, 23 de abril de 2007
en mi escuela teníamos a uno, a un niño proletario
"Porque el goce ya estaba decretado ahí, por decreto, en ese pantaloncito sostenido por un solo tirador de trapo gris, mugriento y desflecado.
Esteban se lo arrancó y quedaron al aire las nalgas sin calzoncillo, amargamente desnutridas del niño proletario. El goce estaba ahí, ya decretado, y Esteban, Esteban de un solo manotazo arrancó el sucio tirador. Pero fue Gustavo quien se le echó encima primero, el primero que arremetió contra el cuerpiño de ¡Estropeado!, Gustavo, quien nos lideraría luego en la edad madura, todos estos años de fracasada, estropeada pasión: él primero, clavó primero el vidrio triangular donde empezaba la raya del trasero de ¡Estropeado! y prolongó el tajo natural. Salió la sangre esparcida hacia arriba y hacia abajo, iluminada por el sol, y el agujero del ano quedó húmedo sin esfuerzo como para facilitar el acto que preparábamos. Y fue Gustavo, Gustavo el que lo traspasó primero con su falo, enorme para su edad, demasiado filoso para el amor. "
Hoy estuve leyendo "El niño proletario" de Osvaldo Lamborghini, que trata sobre la violación y el asesinato de dicho niño a manos de tres burgueses. Según algunas interpretaciones, este relato funciona como la inversión de roles de las facciones que se enfrentan en "El matadero" de Echeverría. Sin duda el argumento y el desenlace es similar, pero el otro no es ya un unitario sino un chico que "sufre las consecuencias de pertenecer a la clase explotada".
Es un relato mucho más violento y cruel, no solo por la vigencia temática, sino por la minucia con la que se describen las escenas. Mientras lo leía me bajó la presión. Tuve que ir al baño a mojarme la nuca con agua. Casi me desmayo. ¿Será la culpa burguesa?
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Esteban se lo arrancó y quedaron al aire las nalgas sin calzoncillo, amargamente desnutridas del niño proletario. El goce estaba ahí, ya decretado, y Esteban, Esteban de un solo manotazo arrancó el sucio tirador. Pero fue Gustavo quien se le echó encima primero, el primero que arremetió contra el cuerpiño de ¡Estropeado!, Gustavo, quien nos lideraría luego en la edad madura, todos estos años de fracasada, estropeada pasión: él primero, clavó primero el vidrio triangular donde empezaba la raya del trasero de ¡Estropeado! y prolongó el tajo natural. Salió la sangre esparcida hacia arriba y hacia abajo, iluminada por el sol, y el agujero del ano quedó húmedo sin esfuerzo como para facilitar el acto que preparábamos. Y fue Gustavo, Gustavo el que lo traspasó primero con su falo, enorme para su edad, demasiado filoso para el amor. "
Hoy estuve leyendo "El niño proletario" de Osvaldo Lamborghini, que trata sobre la violación y el asesinato de dicho niño a manos de tres burgueses. Según algunas interpretaciones, este relato funciona como la inversión de roles de las facciones que se enfrentan en "El matadero" de Echeverría. Sin duda el argumento y el desenlace es similar, pero el otro no es ya un unitario sino un chico que "sufre las consecuencias de pertenecer a la clase explotada".
Es un relato mucho más violento y cruel, no solo por la vigencia temática, sino por la minucia con la que se describen las escenas. Mientras lo leía me bajó la presión. Tuve que ir al baño a mojarme la nuca con agua. Casi me desmayo. ¿Será la culpa burguesa?
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viernes, 20 de abril de 2007
lluvia
Quizás sea esta la única solución. Hace un tiempo lo vi de casualidad cerca de mi casa y dije: voy a comprarlo. No lo hice y me arrepiento. Ayer pisé una baldosa floja y me empapé la media. Con el calor empezó a fermentar. Además la humedad me deja el pelo afro. Ahora pienso en un traje de astronauta. No sé por qué le tengo tanto odio si, al fin y al cabo, es solo agua. Pero basta, basta!!! Me deprime, me aburre, me moja y me cansa.
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martes, 17 de abril de 2007
Zoo
- Mamá tenía cinco gatos. Cada vez que huele a pis de gato me acuerdo de casa.
- Los años dorados
- ¿Vos tuviste mascotas cuando eras chica?
- Sí, montones: un perro, peces de colores, dos hámsteres, un pato y un conejo.
- ¿Un conejo?
- Sí, un conejo.
- ¿Un conejo?
- Sí, un conejo blanco con ojos rojos.
- Pero, ¿un conejo de verdad? No está nada mal.
- No, no está mal.
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- Los años dorados
- ¿Vos tuviste mascotas cuando eras chica?
- Sí, montones: un perro, peces de colores, dos hámsteres, un pato y un conejo.
- ¿Un conejo?
- Sí, un conejo.
- ¿Un conejo?
- Sí, un conejo blanco con ojos rojos.
- Pero, ¿un conejo de verdad? No está nada mal.
- No, no está mal.
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viernes, 13 de abril de 2007
Viajeros
Ayer en una fonda bizarra del microcentro hablábamos de cine. Tan cercana a mi experiencia, me llamaron la atención sobre todo los que podrían denominarse como directores de films "viajeros". Aquellos que muestran el recorrido a través de un territorio extraño, a veces hostil. El paisaje se vuelve un personaje protagónico. Los destacados de la noche, o al menos los que el alcohol me deja recordar, fueron Herzog y Wenders.
De Herzog recuerdo una escena fuerte del final de Aguirre, la ira de dios en el que la embarcación que recorre un río del amazonas es invadida por los monos. Es tal vez uno de los mejores finales de película que haya visto. De Wenders en cambio no recuerdo ninguna escena puntual pero sí el tipo de recursos. Por ejemplo el travelling de la cámara sobre el auto, estrategia que usa en todas sus road movies. Es evidente, cualquiera puede decirlo, que en sus películas se destacan la fotografía en primer lugar y después la musicalización.
Por pura casualidad, hace poco había leído un artículo de Nicolás Pose que publicó en una revista llamada Siamesa, que habla de estos dos directores: Él mismo (Wenders) ha dicho sobre el asunto: "Mis historias se originan en ciudades, paisajes y carreteras. Un mapa es como un guión para mí", aponiéndose a Herzog, el cual siempre se ha caracterizado por escapar de las ciudades contemporáneas, trasladándose a paisajes exóticos, tierras remotas o imposibles, para contactarse con la puresa del mundo natural. Si Herzog es un explorador, Wenders es un extranjero.
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De Herzog recuerdo una escena fuerte del final de Aguirre, la ira de dios en el que la embarcación que recorre un río del amazonas es invadida por los monos. Es tal vez uno de los mejores finales de película que haya visto. De Wenders en cambio no recuerdo ninguna escena puntual pero sí el tipo de recursos. Por ejemplo el travelling de la cámara sobre el auto, estrategia que usa en todas sus road movies. Es evidente, cualquiera puede decirlo, que en sus películas se destacan la fotografía en primer lugar y después la musicalización.
Por pura casualidad, hace poco había leído un artículo de Nicolás Pose que publicó en una revista llamada Siamesa, que habla de estos dos directores: Él mismo (Wenders) ha dicho sobre el asunto: "Mis historias se originan en ciudades, paisajes y carreteras. Un mapa es como un guión para mí", aponiéndose a Herzog, el cual siempre se ha caracterizado por escapar de las ciudades contemporáneas, trasladándose a paisajes exóticos, tierras remotas o imposibles, para contactarse con la puresa del mundo natural. Si Herzog es un explorador, Wenders es un extranjero.
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miércoles, 11 de abril de 2007
El principito
Necesité mucho tiempo comprender de dónde venía. El Principito, que me hacía muchas preguntas, jamás parecía oír las mías. Fueron palabras pronunciadas al azar, las que poco a poco me revelaron todo. Así, cuando distinguió por vez primera mi avión (no dibujaré mi avión, por tratarse de un dibujo demasiado complicado para mí) me preguntó:
-¿Qué cosa es esa?
-Eso no es una cosa. Eso vuela. Es un avión. Es mi avión.
-Eso no es una cosa. Eso vuela. Es un avión. Es mi avión.
Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El Principito, era aviador. Lo que no tenía ni idea es que fue el fundador de Aero-Posta, la empresa que años más tarde se convertiría en Aerolíneas Argentinas. Tampoco hubiera podido imaginar que el principito era un niño que mantenía relaciones homoeróticas con el zorro. Mucho menos que al final comete suicidio y, cito: "es deborado por los coyotes". Nunca volveré a mirarlo con los mismos ojos. Nunca.
domingo, 8 de abril de 2007
viernes, 6 de abril de 2007
La risa
El encierro, el humo, los pasillos, la pintura gris, las sillas endebles, las colas del cefyl, el ruido de la calle, la resaca, la paranoia, los errores de impresión, los malos profesores, el idiota que se sienta al lado, el cantar del Mio Cid, el atraso en la revista, el despertador que a veces no suena, el despertador que a veces sí suena, estar siempre en el lugar equivocado, el café demasiado fuerte, la falta de inspiración, algunos malos hábitos, el mal sexo, los libros caros, los libros agotados, descubrir una buena idea que otro tuvo antes, los esporádicos brotes de locura, el colectivo llenísimo de gente, las indirectas estúpidas, las salidas frustradas, las puñaladas en la espalda, la hipocresía, el afán de la publicación, el exceso de tareas, la mala coordinación, etcétera etcétera etcétera.
Hay que tomarse todo com mucho mucho humor.
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martes, 3 de abril de 2007
reencuentro
Fue raro, fue muy raro. El domingo fui a un cumpleaños con mis amigas y ahí volvimos a encontrarnos con los chicos con los que salíamos cuando teníamos once, doce años. Súper raro. Fue una mezcla de afecto y franeleo. Creo que no repetiría la reunión, con ese vistazo efímero sobra. Además, hay que evitar caer en viejos errores. El pasado, pisado. Y el que no se escondió se embroma.
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